He aquí un libro esclarecedor sobre las complejas relaciones entre la religión y, por extensión, el mundo espiritual (menos restrictivo que el religioso) y la ciencia, en concreto la neurología, la biología y la psiquiatría. Científicos y creyentes y sobre todo personas interesadas en la dimensión trascendente del ser humano aunada a una visión realista y científica de la realidad, encontrarán en la amplia, amena e informada exposición del escolapio, neurólogo y catedrático de la UAB, Ramon María Nogués (Barcelona, 1937) que editorial Fragmenta ha publicado con el llamativo título de "Dioses, creencias y religión" .
Me gusta de Nogués su independencia de criterio y su sensatez, que le hace tomar actitudes de equilibrio entre su propio mundo religioso, la tradición cultural a la que pertenece, y la postura no dogmática, investigadora, del ámbito científico al que también pertenece. La manipulacion que las religiones constituidas, la suya en primer lugar , han aplicado al desarrollo de la ciencia tratando de constreñirla a aspectos donde no chocara con la doctrina y, al tiempo, el rechazo del fenómeno religioso de una forma global y sin matices que la grey científica ha dedicado a la religión, son dos aspectos de la misma moneda, la realidad compleja de la cultura humana, que Nogués trata de armonizar, dando a cada uno su palo -crítico- correspondiente (detalle que dice mucho a favor de la inteligencia independiente de este autor).
En 2007 Fragmenta editorial publicó la primera edicicón (en catalán) de este libro y a finales del pasado año la edición castellana, tras una labor de puesta al día en un tema, la neurología, que va avanzando sin cesar. Nogués deja bien claro en el prefacio cuál es su intención, realizar un homenaje a "la religión bien constituida y un antídoto contra la religión degradada", cosa que debe desprenderse de la estructura del libro: analizar de una forma bien informada y documental la relación, el maridaje que se forma entre el hecho religioso y su soporte biológico-cerebral, a través de los últimos descubrimientos neurológicos, que logran demostrar el soporte biológico de las emociones, los sentimientos y las místicas intuiciones que integran el fenómeno de la espiritualidad (más que el religioso, creo, que es una cierta institucionalidad de la original casuística espiritual). Y así emprendemos un interesantísimo y sorprendente viaje por el soporte cerebral en las experiencias numinosas del ser humano, las patologías religiosas y la posible confusión entre experiencias místicas y patologías psicológicas o neurológicas, los valores evolutivos que se esconden tras las creencias, el pluralismo religioso y la institucionalización de lo sagrado, la creciente importancia de la "neuroreligión" y los contrastes que se mantienen en la vida religiosa con las exigencias espirituales de algunas personas, el papel del sexo en el hecho religioso y cómo no, la historia lamentable (y aún no resuelta) de la discriminación religiosa de las mujeres.
La religión pues, para Nogués, debe ser encuadrada en el estilo de vida moderno de nuestra cultura, como un fenómeno esencial en la historia del género humano, despojando el proceso de los absurdos y lamentables rifirrafes entre religiosos pagados en exceso de su estatus y científicos cerrados a la religión como si ésta fuera un epifenómeno desdeñable y subjetivo sin relevancia científica.
A partir de ahí, nuestro autor nos ofrece un amplio panorama sobre las correspondencias neurológicas de las experiencias religiosas y espirituales (por ejemplo el análisis científico de ciertos estilos meditativos, como los de los monjes zen y los meditadores cristianos, hindúes, chinos o sufíes) y analizando los cambios orgánicos percibidos en, por ejemplo, los niveles de cortisol, los ciclos respiratorios, la temperatura basal o electrocardiogramas y encefalogramas que muestran cambios muy apreciables en las actividades del cerebro y el resto del cuerpo no sólo en actividades meditativas sino en las llamadas "pic experiencies" creadas por la oración o las reflexiones espirituales o actividades de entrega a los demás.
En el capítulo dedicado a "Sexo, género y religión", nuestro autor rompe una lanza a favor de las mujeres y contra su inicua situación en la mayoría de las religiones establecidas, con especial incidencia en la suya propia, el catolicismo. Nos recuerda Nogués que en los textos testamentarios de esta religión no se da esa discriminación contra las mujeres y añade que posiblemente esas actitudes nefastas vienen más bien de contaminaciones paganas y socioculturales, cuando no psicopatológicas de las figuras eclesiásticas que lo establecieron y difundieron (un aporte psicoanalítico muy de agradecer viniendo de un clérigo, precisamente).
En conclusión, el libro de Nogués no solo cubre una carencia cientifica informativa de primera magnitud, al aportarnos datos sobre la neuroreligión (disciplina que en otros países, Estados Unidos y Canadá por ejemplo, ya está consolidada, aunque allí la llaman nauroteología, y que en España apenas sabemos que existe) sino que basándose en el principio del correlato demostrado entre actividad cerebral y experiencias religiosas y/o espirituales, nos informa detenidamente sobre los efectos en el cerebro, los sectores cerebrales que se activan o se desactivan (lóbulo frontal, sistema límbico, lóbulos parietales) y los neuromensajeros que intervienen (dopamina, serotonina, endorfinas). .
Como dice el mismo Nogués en una entrevista: "Analizando con resonancia magnética la actividad cerebral durante la experiencia religiosa se ha visto que se activan los mismos centros que si se tiene una experiencia humana de calidad, amorosa o de relación. No parece que haya estructuras cerebrales específicas para lo religioso. sino que las estructuras normales de la madurez humana adquieren perspectiva religiosa".
Para que se cubra bien el escenario del tema tratado en el libro, también se nos advierte de esa" tierra de nadie" donde ciertas patologías dan lugar a experiencias visionarias, como la epilepsia, por ejemplo, que al parecer padecían en diversos grados Santa Teresa de Jesús, san Pablo o Mahoma. En todo caso, una lectura apasionante y necesaria la que nos brinda este sabio escolapio.
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