LOGOI 344
RETROTOPÍAS
El fenómeno de la aceleración del tiempo es una percepción inducida por la saturación de estímulos que nos envían los móviles, ordenadores, televisión y las redes sociales. Se une a un “aplanamiento” del interés, una especie de narcosis de la emotividad: fíjense en lo que poco que conmueven las matanzas de Gaza o de Ucrania…o los casos más cercanos de violencia, muertes, enfermedades o suicidios: desde adolescentes a ancianos. Se vive un colapso de la sensibilidad, un rechazo al hoy y una nostalgia de un pasado manipulado. La consiguiente impotencia y el pesimismo, nos hacen muy vulnerables a lo que el filósofo Zygmunt Bauman llama “retrotopía”. Es decir el falso recuerdo de un pasado irreal. Reconstruido para aliviar –y condicionar- el presente con ese supuesto camino al futuro. Volver a un “atrás” que fue un infierno para muchos, pero parece una solución para cambiar el presente, porque ofrece “soluciones” de control y autoridad. Un ejemplo claro es el de ciertos políticos ofendidos por el asunto catalán: “Con Franco esto no hubiera ocurrido”, dicen. También se evoca la “autoridad” de los nazis en muchos piases, incluso en Alemania, o la pujante extrema derecha en otros muchos países, cuyas proclamas invitan a la falta de solidaridad, el aislacionismo (véase Trump), al rearme y las “soluciones bélicas”, a cerrar las fronteras y devolver a emigrantes desesperados a sus países o dejarlos morir a manos de las mafias o los “accidentes” en el mar.
Las “retrotopías” son un autoengaño colectivo que facilita la vuelta al poder de los mismos que en ese pasado, instigaron y protagonizaron los desastres que conocemos. Y pueden imponerse porque, sin percatarnos de ello, los medios, las películas, las series, incluso los articulistas que con la mejor de las intenciones tratamos de informar y mentalizar a la gente de que estamos haciendo las cosas mal y corremos peligro, propiciamos esa angustia del cataclismo inminente, en la que falta un ingrediente esencial: esperanza. Por eso cada vez hay más personas que creen resolver la cuestión negándose a saber, acelerando la vida más cómoda posible, ignorando los problemas de los que están fuera de su círculo personal. Esa paradoja convierte a los individuos en islas absortas en su propio bienestar. Solo importa consumir más y mejor, viajar, divertirse. Un “carpe diem” que conduce a una “lógica de muerte”, como la que nos muestran las películas y los programas plagados de fake news: todo se acaba, disfruta el tiempo que resta. A la espera de las retrotopías que nos invaden.
Para evitar esto sólo hay una posibilidad: alimentar el pensamiento crítico, la conciencia colectiva de la necesidad de un cambio y… recordar honestamente lo que en verdad fue ese pasado. - ALBERTO DÍAZ RUEDA