Basada en una novela crepuscular del maestro John Le Carré, "A most wanted man" se convierte en un lúcido epitafio del mundo de los espías, una visión realista y desencantada de un mundo que seguramente estará más cercano al que nos cuenta Anton Corbjin, un director con oficio pero que parece tan desencantado como el protagonista. Un Philipp Seymour Hoffman que, lejos de los Bond y Bourne, da la más verosímil imagen del espía, cínico, lleno de pequeñas corruptelas morales, triste, avejentado y, en definitiva, engañado, una víctima más de ese "fuego amigo" que es responsable de la mayoría de los errores trágicos cometidos por los servicios mal llamados "de inteligencia" de todo occidente.
La película tiene madera argumental para convertirse en un clásico del cine de espionaje, un epítome de este tiempo, esta sociedad y esta política. Todo vale, ,menos la lealtad y el juego limpio. Todo se ha corrompido. Pero un clásico que no se ajusta, en el cine, a los parámetros exigidos. Película bien rodada, con una tensión creciente, sin apenas acción. pero también un filme frío, sin alma. Oficio, sin duda. Pero escasamente podemos hablar de arte con mayúsculas. La llegada ilegal a Hamburgo de un checheno de padre ruso, el joven, tenso y escasamente empático Issa Karpov, despierta a la jaula de fieras de los sericios secretos. El miedo al terrorismo lo ha infectado todo. Todo vale, incluso la traición entre aliados. La operativa de "los buenos" se convierte en otro clase de terrorismo, pero terrorismo al fin.no nos crea ningún vínculo. Lo vemos indeciso y el director --ni el actor-- lográn darle dimensión dramática al personaje. Los secundarios muy bien, con el veterano Wilhem Dafoe a la cabeza, Robin Wrigth y Rachel McAdams. El actor que encarna al refugiado checheno, Gregory Dobrigin, hace lo que puede pero no logra constituirse en elemento dramático primordial que debería haber sido, es sólo una pieza más de la fatídica lucha de ambiciones que se desarrolla a sus espaldas. La pieza de oro de la película, Philip Seymour Hoffman, logra darnos la imagen de un hombre taimado pero con ciertos principios ya caducos en este mundo. Un don Quijote ladino y cínico que vuelve a ser arrollado por los gigantes-molinos-agencias de espionaje. Quizá lo mejor conseguido por el director sea la precisión en el dibujo de Hamburgo, nocturna, fría, como ciudad de espías., Pero, aunque flojee el ritmo y la tensión durante el recorrido la trama es buena y también el guión. Corbjin ha realizado una película seria, digna, sobre un mundo oscuro en el que nada es lo que parece y todo el mundo trata de vender a su propia madre con tal de llevarse el gato al agua. Su protagonista, ese gran actor prematura y trágicamente desaparecido, nos brinda una despedida genial. Es una película como las de antes, las magníficas cintas de los años 70, con su carga de denuncia y su crítica al Sistema que permite que exista un segundo nivel ajeno a la realidad donde los "buenos" se permiten actuaciones semejantes a las de los "malos" en una lucha suicida que no beneficia a nadie y menos a las víctimas "secundarias" que a nadie le importan.