Labordeta ha sido siempre para mí un referente de lo más sano de mi entrañable y muy a menudo justificadamente criticable Aragón. Como Joaquín Costa o Buñuel u otros aragoneses de pro, Labordeta era muy consciente del contraste entre los valores tradicionales de este país austero y recio y los defectos correspondientes de sus gentes que a veces provocan irritación y disgusto.
Fue un hombre polifacético que tuvo la debilidad de meterse en política y supo luchar contra el sarcasmo y la mezquindad de nuestro despreciable mundo político con una contundencia socrática. Su "váyanse sus señorías a la mierda" es para mí un paradigma histórico de honestidad y valor.
Cantautor, poeta, profesor, actor y director de teatro, presentador de televisión, caminante ("Un país en la mochila", para los que les guste recordar al Labordeta más feliz) y hombre de un sano epicureísmo, poseía la mirada atenta y sensible del poeta y del filósofo natural, mirada que paseaba por estas tierras y de las que nos ofrecía, gentes y campos, montes y circunstancias, un testimonio íntegro y sincero que no deja indiferente a nadie. En el caso del libro de narraciones que nos ocupa, ""Paisajes queridos", excelentemente editado por "Los libros del Gato negro" con el apoyo de la Fundación que lleva el nombre del nuestro trovador, se trata de un conjunto de narraciones escritas a mediados del siglo pasado por Labordeta, enriquecidas por esquemáticos dibujos del autor que son "bosquejos como esquejes, simples contoneados de una situación que espera a florecer en la mente del lector...una instantánea en la que se desdibuja una circunstancia a la que se alude..." (pág. 16), como dice Antonio Pérez Lasheras en su excelente prólogo.
Son relatos que responden en esencia literaria al esquematismo simple pero no burdo de los dibujos. Historias pequeñas y tristes que parecen flotar en la atmósfera patética de la guerra y la postguerra oscura y llena de miedos y necesidades. "Una realidad dura, con lutos y silencios...un odio feroz que transmite el aire y miedo, mucho miedo...". Tres de los cinco relatos se desarrollan en ese escenario ominoso, en un Belchite sin nombre pero evidente entre el pedregal de El Saso, el cierzo que exaspera el alma, la crueldad hiriente de los inviernos y las estampas de mujeres enlutadas, soldados oscuros de tristeza y miedo, los trabajadores en el tajo inclemente, la entrañable Margarita la tonta, andenes de estaciones polvorientas, entre el hollín y la aspereza del humo de carbón. Un mundo
La brevedad de la obra (el original son 53 páginas mecanografiadas entre 1961 y 1963) no mitiga su valor: en estos cinco relatos veremos temas, personajes y ambientes que luego informarían toda la obra posterior de Labordeta desde sus canciones, poesías, novelas o ensayos. Temática fundamentada en algo que obsesionó también a Costa y a tantos otros de los que amamos esta tierra: el abandono y la miseria de las zonas rurales de Aragón durante decenas de años. Y sin embargo, a pesar de la protesta, la crítica, el dolor que muestra Labordeta por estas gentes y estas tierras, hay una tosquedad irónica aunque tierna, un cierto lirismo sobrio, sin sentimentalismos ni tontadas, con el sello de una personalidad estoica y entrañable.
Libro, pues, para atesorar en los estantes de libros escogidos de nuestra biblioteca.
FICHA
PAISAJES QUERIDOS,. José Antonio Labordeta.- Los libros del Gato Negro.- 105 págs.