He aquí una buena triada de historias victorianas, escritas por un escritor español prácticamente desconocido hoy día, tiempo de infieles, y que en la década de los ochenta del siglo pasado llamó la atención de una cierta crítica por la gozosa imaginación mimética del autor, su sentido del humor y su indudable erudición literaria. Se trata de Santiago R. Santerbás un escritor burgalés a punto de cumplir los ochenta si es que aún alienta (cosa que le deseo). Le dediqué una encomiástica reseña en "La Vanguardia", otra para la red de periódicos de provincias Colpisa y una última que fue a hacer las Américas de manos del servicio de la agencia EFE por todos los periódicos hispanos del continente sur.
Dickens, Lewis Carroll y mi admirado Conan Doyle, fueron los escritores objeto de los "pastiches" de Santerbás, realizados con un estilo irreprochable que hubiera encantado a esos genios si hubieran estado vivos.Y no sólo eso, este polígrafo S.R.S. se atrevió -y con gracia también-- a imitar a los ilustradores ingleses "Phiz", Tenniel y Pager, que dibujaron los personajes de esa tríada asombrosa que nos legó el país de la reina Victoria. Y para rematar la broma literaria, Santerbás se inventa supuestos juicios críticos de eruditos de la época de los tres escritores.
Créanme si les digo que la lectura de "Tres pastiches victorianos" es una delicia que justifica las dificultades indudables que existen para encontrar algún ejemplar. Si hay algún editor entre mis lectores les conmino a buscar a ese escritor o sus descendientes para reeditar no sólo esta obra que cito sino también otras dos del mismo autor y del mismo jaez y parecida valía: "La vuelta al mundo en ochenta mundos" y "La inmortalidad del cangrejo", editadas en aquellos lejanos días por la editorial Hiperión.
Este culterano autor, presente en la entonces llamada "escuela de la berza" mesetaria (que trataba de inventar mundos magníficos para superar la pobreza del mundo propio de la España de los años 50,60 y 70), había merecido de Miguel Delibes una definición de lo más lisonjera : "es un hábil administrador de palabras, un joven maestro de economía literaria" vaticinando para él un lugar propio en el Parnaso de la literatura del siglo. No ha sido así pero no por falta de calidad.
Las tres falsas novelas que el lector podrá degustar son atribuidas con gran aparato de supuestas erudiciones a Dickens "El último viaje de Mr. Picwick" (ahí es nada), a Lewis Carroll "Aventuras de Alicia en la cámara oscura" y a Conan Doyle, "Las aventuras del quinteto inacabado" (de lo mejor que he leído en la literatura sherlockiana). Con una imitación estilística soberbia y una justeza en el modelo narrativo, Santerbás, consigue el objetivo buscado: que el lector acepte "in mente" que esas tres novelas fueron escritas por los famosos y disfrute del "engaño".
FICHA
TRES PASTICHES VICTORIANOS.- Santiago R. Santerbás.- Ed. Hiperión, 1981.-195 págs.
Sirva esta tardía reseña para reivindicar al escritor y su obra.
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