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9 marzo 2012 5 09 /03 /marzo /2012 08:51

nader-y-simin-cartel.jpg

Se trata de una película iraní. Sí, iraní. Los tópicos, pais musulmán atrasado, dictadura política y religiosa, agresividad, cultura escasa, manipulación social, barreras y diferencias abismales entre las clases, resultan cómicos si no fueran insultantes. Asqhar Farhadi ha realizado una pelicula que levantó en un  clamor a los espectadores que la vieron en la ultima Berlinale, se ha llevado el Oscar a la mejor película extranjera y la está viendo en todas partes esa minoría de público interesado en el buen cine y con curiosidad por conocer cómo vive un pueblo al que nos han pintado con colores siniestros.

La trama puede suceder en nuestro país, con algunas variaciones más debidas a un progreso reciente que a considerar que no tiene nada que ver con nosotros. En un pasado no muy lejano se vivían situaciones parecidas aquí y era nuestra sociedad la que parecía exótica. Las diferencias son una cuestión de grado, así reconocemos que en nuestros tribunales de justicia se viven casos muy semejantes a los que vemos en la cinta, aunque el otro punto argumental, la situación de la mujer en la sociedad musulmana iraní, la aleja de nuestra actualidad social ( pese a que el machismo patriarcal sigue estando más presente de lo que pensamos).

Nader y Simin, ambos profesionales universitarios, quieren separarse, aunque se aman y se respetan. ¿Qué ocurrre? Simin quiere irse al extranjero para el bien de la familia y el futuro de su hija adolescente. Nader no desea abandonar a su padre enfermo de Alzheimer. El asunto acaba en los tribunales (ya que la ley prohibe a una mujer casada irse del país sin permiso de su marido, por lo que Simin pide el divorcio). No les dan el divorcio en primera instancia por lo que se separan y Nader se ve obligado a contratar a una mujer ultraortodoxa para que cuide de su padre. Aquí el fanatismo religioso provoca momentos patéticos que van desembocando en una escena violenta --debido a un presunto robo del que no se da más noticia--en la que Nader expulsa de su casa a la mujer --aunque mas por haber desatendido al anciano-- y la empuja sin recordar que está embarazada.

A partir de que la mujer pierde al hijo que esperaba y demanda a Nader por haberla empujado, el fanatismo religioso deja paso a las diferencias de clase, a la justicia primaria, a las amenazas y las mentiras (Nader no reconoce que sabía el embarazo de la mujer), en la que --como suele suceder--las mayores víctimas son los niños. Y es Termeh, la hija adolescente de la pareja, la que acaba viendo arruinAda su vida familiar y abocada a un desconcierto, decepción y dolor con el que se cerrará la película.

Ficción con la fuerza demostrativa y polémica de un documental, dotada de un realismo humanitario, de una gran delicadeza en mostrar las fuerzas  extremas que se debaten en la trama, la religión, el honor, la conciencia, el amor a la verdad, el respeto, el amor a los padres, el cuidado de los hijos. Y todo ello sin manipulaciones, sin juicios y mucho menos condenas. Pero, al tiempo, mostrando como el orgullo, la cerrilidad maniquea, el miedo, se vuelven como un boomerang contra la hija que Nader y Simin pretendían proteger, imponiéndole ambos en el final una  imposible elección.

Verán una película sabia, bien estructurada, con personajes dotados de una inmediatez y una humanidad desconcertantes, sujeta a un ritmo y una tensión habilmente administrada (el espectador no puede despegar los ojos de la pantalla las dos horas que dura la proyección, ante la concatenación de pequeños hechos, actitudes y acciones de unos actores en estado de gracia).

Leila Hatami, Shahab Hosseini, Sareh Bayat o Sarina Farhadi, dan una lección de pasmosa naturalidad ante la cámara, componiendo unos personajes que trascienden el drama familiar, social, religioso que se desarrolla ante una sociedad encorsetada por directrices politicas, sociales y religiosas. Lo cual suma obstáculos a la trama cuando el egoísmo, el orgullo, el miedo y la mentira toman las riendas en las vidas humanas. La película deja un regusto amargo y triste, aunquen sabemos que las cosas suelen ser así, nos rebelamos porque "deban" ser así. La obcecación y el orgullo de los padres muchas veces causan sufrimiento y heridas psicológicas difíciles de asumir a los hijos. Eso sólo debería hacernos reflexionar a la hora de establecer nuestra escala de valores, nuestro listón de tolerancia. La película hace reflexionar, ese es su valor.

No se la pierdan.

  

 

 

 

 

 

 

 

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8 marzo 2012 4 08 /03 /marzo /2012 08:55

shame-cartel-1.jpg

Retengan el nombre de este director afrocaribeño londinense, Steve McQueen (nombre y apellido de un célebre actor de los años 60 a las 80, prematuramente muerto por un cáncer) que ya revolucionó de una forma polémica y dolorosa a la opinión pública con su "Hunger", crónica durísima de la huelga de hambre de unos miembros del IRA en los 80, y ahora, en otro nivel del espectro de la dureza cinematográfica nos habla de la existencia de un individuo aquejad0 de una virulenta e insaciable necesidad de sexo. Brandon (Michael Fassbender) es un hombre atractivo, elegante y bastante inteligente que mantiene una doble vida cuyo elemento revulsivo --y repulsivo--es la necesidad patológica de sexo a todas horas y en cualquier  lugar --esa es su zona oscura-- y al tiempo mantiene una aparente vida de comodidad y normalidad, de respetabilidad y trabajo. La invasión de su vida por su hermana (una petética y vulnerable Carey Mulligan) que viene a vivir con él, termina trastocando el frágil equilibrio entre las dos zonas de su vida.

McQueen nos presenta a su personaje a través de tomas largas, estáticas, silenciosas, de una belleza formal que deja un regusto de intranquilidad, de peligro, de oscuridad y amenaza (la larga secuencia inicial de la película, con una camara cenital enfocando al protagonista estático y  semidesnudo bajo las sabanas de color azul, es de una fuerza impactante y el anuncio evidente de que lo que vamos a ver no nos va a resultar muy complaciente.

El director va sembrando informaciones dispersas, mínimas, como si estuviera formando ante nostros un puzzle que nos revelará su conjunto global en algún momento, cada vez de forma más rápida, más directa, más brutal, rompiendo la  apariencia de equilibrio del personaje (Fassbinder compone una personaje encerrado en un rostro perfecto pero sumido en sí mismo, sujeto al insaciable deseo que se refleja en la mirada).

Todo un arco argumental que nos revela el profundo lastre que la adicción crea en la vida de Brandon, al que la presencia de su hermana, tan desequilibrada como él pero de una forma mas evidente, menos disfrazada, va abriendo una a una las valvulas de la perdición, la verguenza y el sufrimiento. Emociones y sentimientos que quedan de manifiesto en la secuencias finales en las que el estupor que produce un dolor lacerante imprime una fuerza y una humanidad sorprendentes en el rostro del actor.

Fasbinder logra con esta película una matricula de honor en la interpretación, a través de las expresiones de su rostro cuando cede a la pulsión destructiva y patológica del sexo, mostrando la soledad y el sufrimiento de una sed que nunca se acaba, de una degradación moral que le aturde, de una necesidad de caza que se convierte en todo menos en un placer. Ya en la anterior pelicula de McQueen, "Hunger" en la que Fassbinder  interpreta a Bobby Sands (uno de lo mas celebres huelguistas del IRA, cuya muerte de inanición  provocó un estallido de violencia en el Ulster)  se comprueba la perfecta complicidad que existe entre el director negro y el actor blanco, ambos claros respresentantes de sus modelos culturales etnicos.

Como dice Carey Mulligan a su hermano en un momento de la película, "ambos somos buenas personas" y los dos, sin hacer daño a nadie, sin violentar, sin cometer delito alguno de violencia, hacen de sus vidas un infierno dominado por la verguenza y la culpa en la que les ahoga una pulsión que requiere tratamiento y terapia ¿Se puede juzgar y condenar a una persona sometida a una adicción tan exigente y devastadora como lo es la de una droga? Una película que no deja lugar a la complacencia moral  del espectador: la pelicula acaba en un vagón de metro en el que el estático Fassbinder vuelve a sentir el deseo brutal por otra pasajera a la que mira durante interminables segundos estáticos e hipnóticos...¿no ha sido suficiente el dolor recibido como para cambiar? McQueen no responde. Nos deja con las dudas.

Y como prueba absoluta de la contundencia alertadora de la cinta, dudo mucho que ningún espectador se sienta excitado o atraido por las continuas secuencias de sexo explícito que van sucediendose en la película. Un vistazo a la expresión y la mirada de Fassbinder mientras practica el sexo nos hablará del sufrimiento, la soledad y la verguenza con las que el personaje vive su pulsión. Y eso no es nada excitante.

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6 marzo 2012 2 06 /03 /marzo /2012 20:17

futuro-prdido.jpgEs el año 2510 y en la Tierra las cosas se han puesto muy malitas (ríanse ustedes de la actual crisis). Ya se ha producido el apocalipsis (seguro que los actuales cerebritos financieros y políticos tuvieron algo que ver), quedan unos pocos humanos sobrevivientes en un mundo de mutantes devoradores de carne y sangre humana y con ganas permanentes de morder y un aspecto que suena muchísimo a los "uruk hai" de "El señor de los anillos". Sólo hay una cura a la enfermedad que convierte en mutante, un polvo amarillo que se esnifa y milagrosamente devuelve la normalidad en un plis plas.

Para que no se diga y poder justificar gastos de producción sale hasta un bichito enorme con pinta de oso hormiguero cruzado con el monstruo bramador  que la comunidad del anillo se encuentra en el fondo de las minas de los señores enanos. Y siguiendo con las aportaciones de anteriores películas del género y en concreto  con E.S.D.L.A., el inquietante pero noble Boromir, Sean Penn, tiene su papel semiprotagonista en la inclasificable película que nos ocupa, rodeado de jóvenes actores que rozan el regular, ellas lucen el palmito y todo queda en una película de "dejà vu", es decir, secuencias en las que uno se pregunta en qué peli lo vio antes (y generalmente mejor realizado).

Mikael Salomon dirigió esta coproducción "low cost", con dinero alemán, sudafricano y estadounidense, una distopía postapocalíptica que ha bebido de pelis tan serias como "El ultimo hombre vivo" Charlton Heston luciendo pecho lobo, "El día de los trífidos", "La máquina del tiempo" (los morlocks de aquellos años sesenta me parecen mejores que éstos) y sobre todo "Soy leyenda",(sobre la magnifica novela de Richard Matheson y protagonizada por un Will Smith que sigue dando pruebas de que es un gran actor a pesar de los géneros que visita) sin contar las decenas dedicadas a distopias con vampiros, hombres lobos y demas especímenes, incluidos los simios (en las primeras versiones de la saga).

Lo único que no me explico demasiado (excepto por razones económicas y aun así) es la presencia de un actorazo como Sean Bean en este bodrio de cine palomitas.

El principio de la película prometía un poco más que eso pero muy pronto el argumento se va quedando sin originalidad, los saqueos a la historia del cine de género son constantes, y el ritmo se resiente, no por falta de acción, sino por exceso de previsibilidad y ausencia de ideas originales. El tema del "polvo amarillo" está mal hilado,peor presentado y más bien resulta cómico y nada creíble.

Por esta razón supongo no hay que esperar verla fuera de los circuitos de televisión y aun en ellos pone la piel de gallina la amenaza que se perfila en un final con "cliffhanger" (palabro que designa un final con señales de que continuará) con el chico bueno (lo único aceptable del argumento: es especial porque es el único de la humanidad residual que sabe leer ) volviendo a las ruinas de la gran ciudad para estudiar en las ruinas de la biblioteca un método para producir mas polvo amarillo y quizá algo de cultura. Todo propuesto asi, a la brava, sin dar coherencia lógica y racional al discurso, a un guión que hace tanta agua que...aqui mismo acabo la crítica.

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4 marzo 2012 7 04 /03 /marzo /2012 08:00

promocion-fantasma-cartel

 

Reconozco que me ha sorprendido, muy agradablemente, la factura de esta "Promoción fantasma" que creía producto de la lamentable --y sonrojante-- moda de cine de institutos, es decir de "teneagers" insufribles con cuerpos desarrolladitos, hormonas disparadas y encefalograma plano que además siguen guiones escritos por sádicos con meninges alteradas que nos muestran una humanidad adolescente que aterroriza al más pintado --y más si es padre en edad de merecer...piedad, es decir con hijos entre los doce y los 18--.

Dicho esto, aclarar que realmente es una comedia con recursos fantásticos, al estilo USA o England y que empieza con un guiño cinéfilo de primera: al del niño del "Sexto sentido" que "ve muertos". Solo que en este caso es un profesor, Modesto (Raúl Arévalo, serio y desternillante, auténtica "cara de palo" a lo Buster Keaton) que cree que está loco, va a un psiquiatra (otra divertida parodia) que esta deseando salir del armario y ve homosexualidad por todas partes y es expulsado de los intitutos donde trabaja por manifiesta incompetencia en cuanto aparecen muertos en su vida. El destino le lleva al IES Monforte dirigido por Tina (Alexandra Jiménez) cuyo edificio está "ocupado" por los espiritus de cinco jóvenes que murieron allí en circunstancias misteriosas.

Aquí empieza el enredo, veloz, simpático, incansable, divertido y suculento en secuencias de humor sanete y gamberro. Los chicos murieron en los 80 y eso permite al director mantener una dialéctica sobre el paso del tiempo y las  modas que añaden picante y humor  a lo que va aconteciendo. Con gran perspicacia el metraje de la película no pasa de los 90 minutos, tiempo sobrado para evitar que se alarguen los gags o se complique inncesariamente el desarrollo y el ritmo salvaje de la película con reiteraciones.

Y así Raúl Arévalo (genial) con buena réplica de Alexandra, dan cobertura., sin robar plano a los chicos que integran la promoción fantasma, Jaime Olías, Andrea Duro, Javier Bódalo, Anna Castillo y Alex Maruny (cada uno aportando una caracteristica identificativa inteligente a sus papeles) y una magnífica y cómica Silvia Abril, como la secretaria del colegio. Y asi todo ha encajado a las mil maravillas, reparto, argumento divertido e inteligente, montaje excelente y un ritmo rápido y exacto como un reloj en el que van engastándose los gags. Una película entretenida y con sentido del humor que se ve sin incomodidades y miradas al reloj.

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3 marzo 2012 6 03 /03 /marzo /2012 08:58

se-de-un-lugar.jpg

 

Una comedia interesante. Y más despues de haber visto la que les comenté sobre la pieza de Carol López en el Villarroel, "Res no tornará a ser com abans". Hablamos otra vez de crisis de pareja, pero en el escenario de  La Seca, Espai Brossa, la pieza de Iván Morales. "Sé de un lugar" merece tratamiento aparte.

Primero por la original cercanía que el diminuto espacio establece entre los dos actores Anna Alarcón y Xavi Sáez. Estos interactúan levemente con el público, ya que todos nosotros, los espectadores, nos sentamos en sillas dentro del salón de la casa donde en la ficción viven los dos actores . Notamos su turbación, sus risas o sus lágrimas, su pesar y su tristeza, su deseo y su miedo. Allí mismo, a flor de piel, codo con codo, los actores realizan su labor y nos preguntan, nos piden educadamente que cambiemos de sitio, nos piden consejos (aunque no se espera, claro está, que les contestemos) y complicidades y nos enseñan sus dibujos, sus papeles y sus notas.

Creo que por estos días la obra ha dejado de representarse, aunque dudo mucho que sea por falta de público. Pero si se enteran de que hacen bolos por cualquier pueblo o ciudad cercanas, no se la pierdan. La propuesta de Iván Morales, es fresca, divertida, rompedora, sugerente. La pareja deshecha que forman una inquieta y desnortada muchacha y su ex novio pero amor subliminal, dibujante de cómics, es de hoy y poco ortodoxa y parece dedicarse a desmontar tópicos del género "problemas de pareja" en el teatro o en la realidad. Hay mucho humor y mucha poesía en esas réplicas y monólogos anclados en el deseo imposible de una relación perfecta, un discurso ilustrativo, entregado, sugestivo, que nace de una declaración del protagonista masculino: "no puedo querer a nadie que no ame la musica que yo amo". Y en este caso se refiere a Triana, uno de cuyos temas da titulo a la obra y pertenece a su disco "El patio" (que da lugar a una de las anécdotas mas jugosas de la obra). Y a partir de ahí, con honestidad, con fuerza, los dos personajes van descubriendo su alma, sus pesares y sus sueños y ambos logran que todo nos sepa a nuevo siendo conocido, a ingenioso siendo lógico, crítico siendo realista y cáustico siendo entrañable. No hay grandielocuencia, solo elocuencia a secas y a veces muy chistosa, hay pasión y verbo en  funcionamiento permanente, ella, Berenice, es frágil y al tiempo muy firme, ama de verdad pero se permite mariposear por ellas y ellos, aunque siempre vuelve a Simó, a un paso de la neurosis, a un paso del hundimiento, siempre a un paso de todo, encerrado en su casa, que define a su eterna amiga con un exacto juego de palabras: "Berenice, is very nice".

Dos actores en estado de gracia. Y un público que se entrega al poco de empezar, cuando él nos explica su racismo y nos implica en su discurso, "todo esto trata de amor despues del amor" mientras nos presenta a su ex novia y visitante permanente que da la vuelta al mundo sin poder nunca encontrarse a si misma y que se busca incesantemente en los otros, sabiendo que su verdadero espejo, Simó, está encerrado en casa y ha sido su novio y es su verdadero amor. 

Hágase un favor, no se la pierda.

 

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1 marzo 2012 4 01 /03 /marzo /2012 08:59

la-invencion-de-hugo-cartel.jpg

 

En fin, ¿quien puede pedir más? Se trata de Martin Scorsese, el genial director de "Uno de los nuestros" o "Taxi Driver" entre otras joyas del cine. Por tanto, sin duda, un hombre que ama el cine. No solo vive de él, y seguramente muy bien, sino que lo conoce, lo respeta y lo ama. Y la prueba, por si era necesario algun tipo de prueba, es esta película "La invención de Hugo" que Scorsese adapta de la novela de Brian Selznick, la rueda en el sistema 3D, al fin convirtiéndolo en algo mas que un recurso de atracción para adolescentes, de alguna manera ennobleciendo el sistema y dándole a partir de esta película carta de naturaleza y, en fin, consigue un filme que es una declaración de amor al cine. A pesar de mi admiración por "The Artist" y mi convicción de sus merecimientos para llevarse los Oscar, "Hugo" es una película que entrará sin duda en la lista de las más grandes, 170 millones de dolares de presupuesto cuyo uso brilla hasta el ultimo centavo (cosa nada habitual en las superproducciones de Hollywood). Se ha llevado cinco Oscar pero todos en el apartado técnico.

Hugo (Asa Butterfield) es un niño huérfano que vive en las entrañas de la estación de tren de Paris, cuidando en secreto de la buena marcha y exactitud de los grandes relojes de la estación (labor que ha heredado de su tío, un borrachin que aparece ahogado en el Sena, tras hacerse cargo de él por la muerte de su padre).

La secuencia inicial, con el larguísimo y fascinante travelling desde la vista panorámica de un Paris de principios de siglo XX, tras un vertiginoso viaje pleno de detalles yendo a enfocar los ojos del muchacho que miran por un agujero del horario del reloj, es de una originalidad y perfección técnica asombrosas.

Todo este complejo y superramificado cuento sobre el tiempo (los relojes son omnipresentes en la película, en la que se glosa el paso del tiempo a través del cine desde los hermanos Lumiere hasta Melies, el verdadero protagonista de la película) tiene momentos de una embrujadora magia, así el estropeado autómata que escribe, que dejó el padre del niño (Jude Law)sin arreglar, hasta la recreación de las películas de Melies o los episodios laterales que emanan de la humanidad que pasa o trabaja por la gran estación (ojo al policía uniformado encarnado por un Baron Sacha Cohen, demasiado histriónico pero inquietante) y a la historia de amor de los dos personajes maduros separados por el perrito de ella, la dueña del café y el quiosquero o entre el guardia de pierna metálica --un gag que se repite en la historia del cine-- y la florista.

Los guiños enamorados que se permite Scorsese con todas sus referencias al cine y a su historia es un placer continuado para los espectadores, no sólo para los conocedores, sino para los que empiezan a amar el cine. La maquinaria generadora de los sueños, como la llama Melies (encarnado brillantemente y con gran dignidad por Ben Kingsley) funciona en Scorsese de una forma magistral a pesar de los saltos y lentitudes ocasionales de un ritmo que tiene la consistencia caprichosa de los sueños, precisamente.

Banda sonora de primer nivel (Howard Shore), a mi parecer mas original y perfecta que la de "The artist" que la desbancó en los Oscar y una dirección artística clamorosa, con secuencias que cualquier cinéfilo paladeará como una esquisitez: así la relación entre el guardia citado y el niño, un trasunto evidente de la relación de algunos niños con Charlot en muchas de sus peliculas (ver "El niño"--The kid--, sin ir más lejos) o la recreación de aquella imagen inaugural del cine con el tren entrando en la estación de la villa de Ciotat, made in hermanos Lumiere.

Añádase a todo ello algunos regalos como la interpretación del gran Christopher Lee, en el papel del librero, que presta libros clásicos a la chica protagonista y regala un libro de Dumas al joven Hugo.

En esencia, un homenaje al cine en la persona de uno de sus pioneros, el gran Georges Melies, uno de los olvidados, al que sólo directores como David W. Griffith ("El nacimiento de una nación") o Georges Franju ("Le grand Melies" 1952) recordaron con admiración y respeto. Y de entonces ahora, casi nadie excepto Scorsese.

Honestidad, brillantez, nostalgia en su punto, sentido del humor (no comicidad), poesía, dos toques de Dickens, actores muy sobrados, Asa Butterfield, Chlöe Grace Moretz (los dos niños que llevan el peso de la película, de una forma muy convincente y a veces enternecedora) Kingsley, Lee, el mismo Sacha Baron,bastante sujeto por la brida del director, gracias a Dios, que lo deja en un personaje bastante patético con algun inesperado brote de ternura.

En cualquier caso "La invención de Hugo" es una gran película, no una obra maestra, pero si un filme para recordar y revisitar de vez en cuando. Un regalo para los amantes del cine, realizado por un cinéfilo de primer orden, autor de unos cuantos títulos que ningún  amante del cine ha dejado de ver.

 

 

 

 

 

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29 febrero 2012 3 29 /02 /febrero /2012 08:49

La_cena_de_los_idiotas_AKA_La_cena-828469954-large.jpg

 

Bueno esta vez no ha habido suerte. Los remakes que realizan los norteamericanos de las películas europeas alguna vez dan en el clavo y en el mejor de los casos hacen algo totalmente desgajado del original. Lo malo es hacer esto involuntariamente. Así, el "Milenium" americano no tiene nada que envidiar a la primera de la saga sueca y en algunos aspectos la supera, otra cosa es si lo consideramos necesario. Pero si nos referimos al remake de "La cena de los idiotas" la cinta francesa de Francis Weber basada en una obra de teatro "Le dîner dels cons"  (1998) un exitazo fácil en todos los países donde la representan (y no la dejan de representar, como ocurre por ejemplo con "Por delante y por detrás" basada tambien en una obra de teatro que arrasaba en Londres y en Nueva York por los setenta).

En Barcelona, por ejemplo, llevamos cuatro  o cinco años en los que dificilmente se deja de representar esta obra por compañías y actores más o menos divertidos. Así que la versión de Jay Roach que podemos ver en nuestros cines, "La cena" (Dinner for Schumucks"), e interpretada por un Steve Carrell fuera de vueltas y un Paul Rudd que no es la elección más adecuada para un perfecto cabroncete como el protagonista de esta obra, que seguro conocen bien todos ustedes. Rudd es blando y con cara de buen chico y Carrell se lo come con patatas en escenas que provocan verguenza ajena a raudales.

Roach ha perdido la ocasión de despacharse con toda la mala baba que le sobra al original. Pero se queda en poco trascendente y demasiado banal, vulgar y penoso. No es mal cómico Steve Carrell pero debe ser dirigido. No es mal actor Paul Rudd pero debe ser dirigido. Y Roach parece haber estado demasiado ocupado en terminar la peli dentro del plazo para pre-ocuparse de que un material tan bueno, pero tan conocido, tuviera algun viso original y al menos mantuviera la fuerte comicidad crítica de la obra. Los excesos de Carrell sumados a los intentos de Rudd de caernos bien y justificar su falta de ética y la crueldad del asunto, no acaban de funcionar juntos, con lo que se consigue sumir al espectador en una creciente irritación contra la pelicula, los actores y el director. No entiendo, la verdad, qué papel ha hecho aqui Sacha Baron Cohen, ese terrorista del humor, que se debe haber dedicado unicamente a poner el dinero como productor. Y eso es lo que cabe esperar de la mayoria de productores, excepto de éste y con la seguridad que una vitriólica intervención de Sacha hubiera mejorado la película.

Lo único bueno del filme son los ratoncitos disecados que Carrell coloca en escenas desternillantes pero que son un añadido a la película y, como es lógico, solo salen en los créditos del filme y en la secuencia del "concurso" de idiotas, cena que desvirtúa el asunto ya que parece más "La parada de los monstruos", el clásico del cine en blanco y negro, que no una cena de idiotas. Asi que, insisto,  lo único brillante de la película son los ratoncitos, que tampoco nos consuelan del excesivo metraje.

Si los distribuidores tienen un poco de sensibilidad fílmica y ojo para su negocio pasarán esa película directamente al mercado del dvd. Y gracias.

 

 

 

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28 febrero 2012 2 28 /02 /febrero /2012 08:55

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"Todos traicionan a todos", dice Denzel Washington a un aturdido y horrorizado Ryan Reinolds. En "El invitado" el debut en Hollywood del director sueco Daniel Espinosa (autor de una película que revolucionó el panorama fílmico de Suecia, "Dinero fácil") la traición está tan visible como la violencia, la sangre abundante, cuchilladas, desnucamientos, golpes de toda índole, balazos en marcha o a sangre fría, automóviles estrepitosamente destrozados, persecuciones, emboscadas, asesinatos con mira telescópica y un batiburrillo de agentes contra agentes en el que apenas el espectador tiene claro nada, excepto que se trata de un mundo peligroso, letal y demoníacamente interesado, cruel y amoral.

Se trata además de un duelo interpretativo a gran escala entre Denzel y Ryan, en el que no faltan los tópicos, pero también cierta agudeza en el perfil del personaje y una evidente ambiguedad que los hace más peligrosos y poco previsibles.

Con un ritmo endiablado que pasa de la tranquilidad del principio (el trabajo de Reinolds para la CIA en un piso franco en Sudáfrica) a la aparición de una "leyenda" del servicio secreto norteamericano, Denzel, que se ha pasado a hacer la guerra por su cuenta y beneficio, con listas de dobles agentes y corrupción facilitadas por el MI6 que quiere vender al mejor postor, ignorante --cosa dificil de creer--de que jamas le dejaran disfrutar del dinero que le den, porque él también sabe del contenido de la lista. Denzel es el "invitado" y todo setruerce porque la máquina homicida de las agencias secretas--todas interesadas en que no se haga pública la lista de agentes corruptos-- ya se ha puesto en marcha.

Largo recorrido de violencia que va uniendo a ambos hombres hacia un final apoteósico con la muerte de uno de ellos y la huida del otro hacia una cierta libertad (¿hasta cuando?). Una realidad bastante plausible que está oculta a todo el mundo y que conforma la sentina maloliente del poder. Todo servido con un montaje fuera de control, aceleradísimo, una musica trepidante y una acción sin apenas respiro.

Como dice Sam Shepard en su previsble papel de mandamás de la CIA, con su elegancia y su mirada intrigante, sus "hijo" al dirigirse a sus subordinados y su poder enorme, "A la gente no le interesa la verdad". Al menos "esa" verdad que compromete totalmente al casi total poder de los agencias secretas de "seguridad". Roza en algunos momentos la profundidad política y psicológica esta propuesta fílmica  que parece desangelarse y convertirse en un trhiller al uso. Lástima. Pero aún así, "El invitado" está por encima de la media habitual.

 

 

 

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27 febrero 2012 1 27 /02 /febrero /2012 10:34

retorno.jpg

En esta ocasión déjenme hablarles de cine clásico. Se trata de "Retorno al pasado",  dirige Charles Tourneur, interpretan Robert Mitchum, con su gélida solidez y su sonrisa vulnerable, Kirk Douglas dominando un papel que no le va en absoluto, un villano retorcido y untuoso que parece mostrranos un talante que es como llevar un traje de alquiler al que le faltan ajustes y la vampiresa por antonomasia la morena Jane Greer (que no dice ni una sola verdad en toda la pelicula y es maquiavéliva y despiadada bajo una apariencia de amorosa bondad) y la pelirroja Rhonda Flemig componiendo un inusitado papel de chica buena. Porque se trata de eso, de una joya del cine negro, rodada en un suntuoso blanco y negro, bien dirigida y con un guión en estado de gracia, en el que ustedes podrán degustar diálogos que parecen haber sido escritos al alimón por Faulkner y Hemingway. Estén atentos y vean los rostros de los actores cuando dicen cosas como éstas: "Ojalá me alegrara de verte", "El jefe de esa banda no fue a vernos porque se creía muy importante; por eso y porque una chica le habia herido disparándole cuatro tios con su propia pistola" "– No quiero morir. – Ni yo, pero me gustaría ser el último en hacerlo si llegara el caso."   "– Guarde usted esa pistola.– Si la guardo, no me sirve para nada".

Fue producida por la RKO (ya saben la de los rayos) en 1947 y es la adaptación de una novela de Geoffrey Homes (en realidad se llamaba Daniel Mainwaring y era periodista) que luego se haría un clásico de la novela negra. Es justo nombrar al director de fotografía, Nicholas Murusaca, que saca un brillantísimo partido del blanco y negro. Y dirige todo el cotarro, como dije al principio ese olvidado genio del cine que se llamó Jacques Tourneur, si señores, el director de "La mujer pantera" esa bellísima pelicula de obligado visionado.

El argumento es complejo pero no demasiado dificl de seguir, gracias a la voz en off del narrador protagonista que nos va aclarando puntos oscuros, hasta donde él sabe claro (esto es algo acostumbrado en el cine negro clásico). Se trata del esquema del hombre entre dos mujeres (la pasión y el cariño), una en el pasado y la otra en el presente, que se debatirá hasta el trágico fin, como arrastrado por un destino fatídico, en esa ambiguedad de comportamientos y éticas que tan bien define el género.

La película merece una visita al deuvedéclub. Y si acaso, háganse también con "La mujer pantera". Me lo agradecerán.

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26 febrero 2012 7 26 /02 /febrero /2012 08:37

infierno-blanco-cartel.jpg

 Liam Neeson, a pesar de su madurez, se presta bien a los papeles de héroe de acción, incluso les da una dimensión humana y vulnerable que, por ejemplo, ni Bond ni Bourne logran. Después de la magnífica "Sin identidad", Liam vuelve al cine de acción con ese "Infierno Blanco" que dirige Joe Carnahan.

Liam trabaja en una refinería en Alaska, ocupándose de la seguridad personal de los trabajadores, que suelen ser acechados y a veces atacados por los lobos. Arrastra un pasado de abandono sentimental que le hace especialmente vulnerable y solitario. Le vemos a punto de suicidarse (deja de hacerlo, providencialmente, al escuchar la llamada de un lobo) y cuando ocurre el accidente que moverá la acción  de la película (me recuerda mucho a "El Desafío" interpretada por un soberbio Anthony Hopkins y dirigida por Leo Tamahori, en la que un accidente aéreo también deja a un grupo de hombres a merced de una naturaleza hermosísima pero hostil, aunque en ésta es un oso el depredador y en la de Liam son los lobos: la estructura es practicamente la misma, un recital de supervivencia humana en un ambiente natural, solitario y sin recursos).

A favor de Carnahan hay que reconocer que su película, menos sujeta al star system que  la de Tamahori, no recurre a ciertas trampas y licencias del guión que en la peli de Hopkins le convierten en una especie de superman en recursos y espiritu de lucha, cosa poco probable a la edad del actor. La de Neeson es una película seria, objetiva, realista y dura. De ahí la distinta factura del final en ambas películas.

Está basada en el relato "Ghost Walker" de Ian Mackencie donde se hace más hincapié en la fragilidad del ser humano en situaciones extremas que en la épica de sobrevivientes. Por tanto y a tenor de lo que sabemos de los viajes en esas condiciones, la sobrevivencia suele ceder ante la persistencia de la violencia y el horror, repartidos entre los  hombres defendiendose y manadas de lobos tratando de calmar su hambre en el invierno polar.

Desde la secuencia inicial de presentación del protagonista y su medio, pasando por el accidente aéreo, de una contundencia y realismo que te deja los pelos de punta, hasta el final, bronco y sin compasión., pero dotado de una rara dignidad y una fuerza shakesperiana: "Vivir o morir" dice Liam y se lanza contra el lobo líder de la manada.

Una buena película.

 

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