Liam Neeson, a pesar de su madurez, se presta bien a los papeles de héroe de acción, incluso les da una dimensión humana y vulnerable que, por ejemplo, ni Bond ni Bourne logran. Después de la magnífica "Sin identidad", Liam vuelve al cine de acción con ese "Infierno Blanco" que dirige Joe Carnahan.
Liam trabaja en una refinería en Alaska, ocupándose de la seguridad personal de los trabajadores, que suelen ser acechados y a veces atacados por los lobos. Arrastra un pasado de abandono sentimental que le hace especialmente vulnerable y solitario. Le vemos a punto de suicidarse (deja de hacerlo, providencialmente, al escuchar la llamada de un lobo) y cuando ocurre el accidente que moverá la acción de la película (me recuerda mucho a "El Desafío" interpretada por un soberbio Anthony Hopkins y dirigida por Leo Tamahori, en la que un accidente aéreo también deja a un grupo de hombres a merced de una naturaleza hermosísima pero hostil, aunque en ésta es un oso el depredador y en la de Liam son los lobos: la estructura es practicamente la misma, un recital de supervivencia humana en un ambiente natural, solitario y sin recursos).
A favor de Carnahan hay que reconocer que su película, menos sujeta al star system que la de Tamahori, no recurre a ciertas trampas y licencias del guión que en la peli de Hopkins le convierten en una especie de superman en recursos y espiritu de lucha, cosa poco probable a la edad del actor. La de Neeson es una película seria, objetiva, realista y dura. De ahí la distinta factura del final en ambas películas.
Está basada en el relato "Ghost Walker" de Ian Mackencie donde se hace más hincapié en la fragilidad del ser humano en situaciones extremas que en la épica de sobrevivientes. Por tanto y a tenor de lo que sabemos de los viajes en esas condiciones, la sobrevivencia suele ceder ante la persistencia de la violencia y el horror, repartidos entre los hombres defendiendose y manadas de lobos tratando de calmar su hambre en el invierno polar.
Desde la secuencia inicial de presentación del protagonista y su medio, pasando por el accidente aéreo, de una contundencia y realismo que te deja los pelos de punta, hasta el final, bronco y sin compasión., pero dotado de una rara dignidad y una fuerza shakesperiana: "Vivir o morir" dice Liam y se lanza contra el lobo líder de la manada.
Una buena película.
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