
"Alicia en el País de las Maravillas" cumplió 150 años de vida en 2015. Unos treinta años antes, el escritor norteamericano David Slavitt, en los ochenta del pasado siglo publicó un libro sobre el viaje a Alicia Lidell, la niña que inspiró la Alicia de Carroll, realizó a Estados Unidos en 1932 para recibir un homenaje debido al aniversario de las primeras ediciones del mágico libro. Una octogenaria Alicia Hergreaves (apellido de su marido) recibe con estoica amabilidad el doctorado honoris causa en letras por la Universidad de Columbia de Nueva York.
Durante esa estancia en tierras americanas, la anciana, acompañada por su hijo Caryl y su hermana Rhoda, negociarán la venta del manuscrito de la obra que el reverendo Charles Lutvidge Dodgson, llamado Lewis Carroll para la Literatura Universal, profesor en el Christ Church de Oxford de donde era decano el doctor Lidell, padre de Alicia. E manuscrito estaba dedicado a ella por el autor y su valor era incalculable, es decir, absurdamente elevado. Con sa bios y habilidosos saltos argumentales entre 1932, 1926 y 1928, Slavitt desgrana una serie de elementos y eventos que afectan a los principales personajes del drama, la misma Alicia -una figura de inteligente inocencia- su hijo, débil y algo disoluto y sobre todo los fantasmas del escritor pedófilo Dodgson-Carroll, el odio del decano Lidell y el esposo de Alicia contra su figura, de las dos hermanas Lidell que posaron para Carroll y los testimonios de dos mujeres que en su niñez habían sido "objetos de arte placentero" para el tímido, genial y pervertido escritor.
Pese que la novela se lee con cierto placer y a uno le cuesta imaginar a la circunspecta Alicia octogenaria con la niña inocente que retratara y pintara Dogdson, algo en mi se niega a aceptar la especulación literaria que cnvierte a Carroll en una especie de Mr. Hyde pedófilo y a la vivaz e inteligente Alicia como una anciana consumida por un complejo obsesivo de silencio y autoengaño sobre remotos acontecimientos que su hermana Edith, siendo ambas niñas, delató consumida de celos por la preferencia de Dodgson/Carroll por Alicia, a la madre y provocó el odio eterno y el rechazo del decano Liddell y más tarde del marido de Alicia, Heargreaves, arrastrando ambos toda la vida las dudas sobre lo que realmente ocurrió entre el reverendo tímido y las dos niñas.
M e quedo con los tres últimos versos que el conejo blanco (quizá el propio Carroll) dedicó a Alicia:: "esto deberá ser un secreto que todo el mundo ignore menos tu y yo"). Y también con el pensamiento que Slavitt pone en la mente de la Alicia anciana: "Ella amaba a Carroll. Lo adoraba; no había llegado a recobrarse completamente de su perdida irreparable...aquél hombre asustadizo, nervioso, adorable; el hombre que más y durante más tiempo había amado". Eso no son los pensamientos de una mujer adulta recordando a un hombre que presuntamente había abusado de ella siendo niña. Señor Slavitt, "mejor no meneallo"
Y como curiosidad sobre el pseudónimo de Dogson, copio: "Su nombre completo era Charles Lutwidge Dodgson. Para crear el pseudónimo, tomó "Charles Lutwidge", y lo transformó al latín, dando como resultado "Ludovicus Carolus". De nuevo, tomó el nombre latino y lo adaptó otra vez al inglés, dando como resultado el Lewis Carroll que todos conocemos."
FICHA
ALICIA A LOS 80.- David R. Slavitt.-224 págs.-Traducc. Carlos Milla. Ed, Laia. 9788476682838
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