LOGOI
CUBA, 60 AÑOS
PUBLICADO EN LA COMARCA EL 110122
En esta semana habrá dos encuentros políticos de alto nivel primero entre Rusia y Estados Unidos, luego se añadirá Europa. Sobre la mesa, dos problemas – Ucrania y Kazajistán- que podrían despertar una amenaza bélica global. Rusia los considera “cuestiones internas”. En Kazajistán han entrado 2.500 soldados rusos (a petición del presidente Tokáyev, a fin de reprimir protestas ciudadanas) en virtud de la CSTO (Organización del Tratado de Seguridad Colectiva) creada en 1992 y que une a Rusia con Kazajistan, Bielorrusia, Armenia, Kurguistán y Tayikistán. Y en la frontera con Ucrania, Putin ha desplegado 100.000 soldados. Se trata de hacer respetar “la esfera de interés vital” y la “condición geopolítica común” en ciertos países terceros por una superpotencia, Rusia, frente a otra, Estados Unidos, que cuestiona tal supuesto derecho.
Se trata del despliegue en esos países terceros de tropas y quizá misiles tácticos. Lo curioso, y lamentable, es que esa situación tan alarmante ya ocurrió una vez: en Cuba, en 1962. Ahora los papeles se han cambiado, pero los argumentos esgrimidos por Moscú son prácticamente los mismos que Washington empleó en aquellos días. Marx escribió que “La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa”.
En Cuba se trataba del intento ruso de desplegar misiles y el consiguiente bloqueo norteamericano. El botón nuclear estuvo a punto de ser presionado por los presidentes de ambas potencias. Durante unos días el mundo vivió una posible tragedia definitiva. Ahora nos acercarnos a ese espanto a lomos de la farsa: Washington niega a Putin el “derecho” a hacer lo mismo que Estados Unidos ha estado haciendo en los últimos sesenta años por países de Europa y otros continentes: extender su potencial bélico por países afines. Putin presiona sobre Ucrania (y rechaza, lógicamente, la entrada de este país en la OTAN) y amenaza con colocar misiles en Bielorusia y Kaliningrado. ¿La historia no nos ha enseñado aún que eludir las responsabilidades es fácil, lo difícil es eludir las consecuencias?
Y en ese juego de fortalezas y debilidades, la UE tiene pocas bazas de protagonismo político, pero sí una dependencia con el grifo del gas que controla Putin (y la inseguridad que a Moscú le gusta expandir por Europa). Todo depende del afán de poder del nuevo Zar.
ALBERTO DÍAZ RUEDA