LOGOI 184
SOBRE LAS VACUNAS
Partamos de la base de que las vacunas son muy seguras en general y que han salvado más vidas desde que fueron inventadas que cualquier otro fármaco. Creo que es preciso combatir las campañas de descrédito de las vacunas con las armas más seguras: una información clara y científica. Y un cierto sentido común y coherencia de razonamiento: resulta chocante de que en nuestro tiempo hiper-informado haya personas que no puedan aceptar que, en contadas ocasiones y como ocurre con la mayoría de los fármacos, existan algunos efectos secundarios o incluso algo pueda salir mal en la administración de una vacuna. Cada cuerpo reacciona de distinta forma. Y a veces, los males percibidos son preexistentes y el fármaco los saca a la luz. Es como dejar de volar porque hay accidentes aéreos o dejar de conducir porque la carretera, junto con el cáncer y el covid, matan cada día a muchísimas personas. Nuestra decisión debe ser coherente con la relación de lo que se salva con la vacuna y de lo que puede ocurrir sin ella, es decir respetar la prevalencia entre los efectos positivos y los secundarios.
En cuanto a la obligatoriedad o no, hay divergencias. Pero hay una razón a sopesar: no se trata del individuo y su derecho a vacunarse o no, sino de hacer prevalecer el interés y la seguridad de la sociedad, la familia, los lugares de trabajo y ocio, sobre la opinión o creencia particular. No somos islas, sino partes de un todo al que le afecta las decisiones que tomamos. Hablar de dictadura o autoritarismo en estos casos resulta improcedente. La objeción de conciencia por creencias religiosas o políticas, en este caso concreto, debería ser rechazada por razones de seguridad sanitaria nacional, siempre respaldada por evidencias científicas y objetivas y públicas.
Los que se oponen a un mayor intervencionismo estatal, deben plantearse por un principio de coherencia que si se reciben datos precisos y exactos sobre el papel de la vacuna, salvando el hecho de que ninguna vacuna es totalmente inofensiva, hay que hacer prevalecer un análisis racional: objetivar hechos y datos con exactitud; dejar aparte los “debería” de la opinión previa: no se trata de una decisión ética; demostremos que hay diferencias importantes entre el que se vacuna y el que no; ¿Qué es más útil para el bien común del mayor número de personas?
ALBERTO DÍAZ RUEDA