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Está de moda reinventar los cuentos infantiles, a veces con mucha gracia como "Shreck" o "La bella y la Bestia" y a menudo con gacia basta o vulgaridad como "Caperucita Roja" o "Gulliver". En este caso se adapta el musical de Broadway de los años 70 "Into the Woods", en los que se unen de forma ingeniosa cuatro cuentos clásicos de los hermanos Grimm (Caperucita Roja, Cenicienta, Jack y las habichuelas mágicas, y Rapunzel o "Rizos de oro", usando como elemento de unión a una pareja de panaderos (Emily Blunt, excelente y James Corden, colrrecto) y a una bruja (una formidable e histriónica Meryl Streep). Ella es la que impone la condición para unir en el relato las cuatro historias al exigir que para levantar un hechizo que pesa sobre la potencial descendencia del panadero y su mujer deben recoger varios objetos mágicos de los personajes de estos cuentos. A Bob Marshall no logra salirle bien el hechizo cinematográfico para que los cuentos nos resulten entrañables, ni los personajes, ni la música y las cancines, ni siquiera las secuencias capitales. Lejos pues de "Mary Poppins", "La Bella y la Bestia" o "El Rey León".
Los efectos especiales no están mal, y tampoco el diseño de producción o las caracterizaciones. Sin llegar a ser algo notable (cosa que prometía el argumento y los actores que hacen su trabajo con una gran naturalidad, incluído Johnny Depp, que ya comienza a ser un poco reiterativo). Lo más censurable en "Into the Woods" es imputable al director sin duda, cierta planicie de desarrollo, redundancias innecesarias y un desvaimiento que no eleva el interés precisamente (y más teniendo en cuenta que el público principal al que se dirige es el infantil o adolescente).
Como conclusión, merece la pena verla, a pesar de los defectos apuntados.
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