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Película de los años sesenta dirigida por Davis Swift y protagonizada por un joven Jack Lemmon en uso completo de los tics y la simpatía que tanto juego darían en la historia del cine. Carol Lynley le da la réplica en esta comedia sentimental que recoge elementos sociales y costumbristas que a tantos años vista sugieren una época tan distinta que parece que veamos una película de otro planeta parecido a este pero ya inexistente. Una pareja joven alquila un piso para compartir su vida sin tener relaciones sexuales, como una "prueba de amor" que demostrará si realmente son el uno para el otro. ¿Se imaginan? Y el dueño de l piso que alquilan no es otro que un vividor mujeriego que nos recuerda mucho a un Lemmon granujilla y ligón que procura beneficiarse de la señorita. Empieza el enredo y es digno de verse las maniobras del gran Jack tratando de hacerse con la tortolita a espaldas del tórtolo y luego manipulándolo de una forma desvergonzada. La cosa acaba dentro de lo políticamente correcto y hasta el granujilla acaba cayendo en las redes femeninas. Bien, una tontadita que resulta nostálgicamente divertida.
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