Película de interesante y prometedor comienzo que no logra mantener el registro de interés y tensión que prometía. Una pareja joven, en sus comienzos de relación, se recluyen durante unos días de vacaciones en un cómodo y tranquilo chalet. El es compositor y ella una ejecutiva con buena posición. Hay una discusión amorosa por motivos de celos y ella desaparece sin dejar rastros o eso nos cuentan. En realidad partiendo de una idea clásica en el cine (Hitchcock, por ejemplo, ha jugado con ella en varias películas, entre otras en "Alarma en el expreso") el director Jorge Arenillas ha logrado una película interesante aunque no redonda. El protagonista, Pablo Chiapella hace creíble su personaje, un hombre obsesionado con "la desaparición" de su compasñera y que vuelve año tras año a encerrarse en la casa para rememorar lo ocurrido y aclarar el misterio. Misterio que no es tal --y ahí está el juego ocultista del director que banaliza la película-- y cuyos entresijos vamos viendo a cuentagotas hasta una cierta resolución piscopatológica que no convence.
Como suele ocurrir las interpretaciones, Pablo o Angela Villar, su compañera, en un resgistro más histriónico, Verónica Perona y Enrique Urbizu en papeles secundarios y de relleno cuyo alcance son innecesariuos para el desarrollo de la trama, constituyen un armazón no muy logrado en un conjunto poco claro y no muy elaborado.
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