Una novela de Gabriel García Márquez, por definición, podría ser una buena película. El argumento suele ser brillante, los personajes sólidos, los diálogos inteligentes...pero estamos hablando de la novela. Si la vemos reflejada en el cine, la imagen, la dinámica narrativa cinematográfica, las actuaciones, la dirección de actores, el diseño artístico y los decorados, el ambiente, la fotografía, el color, las tomas de paisaje, la música, pueden variar parcial o totalmente aquello que habíamos visto en nuestra imaginación al leer y lo que vemos con nuestros ojos sentados pasivamente en una butaca.
Pues bien, adelantemos diciendo que las versiones para el cine de las obras de GGM distan mucho de acercarse al valor intrínseco de sus novelas. Y ésta no ha sido una excepción.
Jean Claude Carriere , lo ha intentado. Ha contado con la complicidad de sus actores,Henning Carslen como el viejo periodista, Emilio Echeverría dando vida al mismo en su juventud, Olivia y Ángela Molina, Delgadina, la chica de los sueños del viejo periodista putero y la sólida pèro repetitiva Geraldine Chaplin en el papel de la "madame" del prostíbulo antillano donde "el Sabio" --no se sabe en qué-- pasó la mayor partte del tiempo liobre de su vida y donde en su senectud decide el dia de su 90 cumpleaños, costearse el dudoso placer de acostarse con una jovencita virgen (historia que parece demasiado similar a la del viejo dictador de "El otoño del patriarca" otra de ls novelas de un envejecido García Márquez.).
El repaso a la vida y la historia colombiana a través de los ojos del personaje, entre el amor pagado y las trifulcas políticas del país no logra conmover al espectador, a pesar de una fotografía excelente y la música previsible de Chopin, con detalles tan escabrosos - y muy de GGM - de la criada que el periodista ha sodomizado durante 20 años sin su consentimiento aunque respetando la virginidad de la mujer.
En 1987 Francesco Rosi trató de llevar "Crónica de una muerte anunciada" a la pantalla, sin lograr más que una película ciruclar, reiterativa y previsible a la que faltaba todo el encanto de la novela. En 1999 Arturo Ripenstein firma "El coronel no tiene quien le escriba" con desigual resultado. Tampoco "El amor en tiempos del cólera" del ingles Mike Newell, con Javier Bardem, pasa de medianía (2006). No tiene suerte GGM en sus tratos con el cine. Como tampoco lo tuvo otro grande, Malcom Lowry, cuyo "Bajo el volcán" lo llevó al cine el gran Houston e hizo una obra meritoria pero no comparable a la novela. Quizá es cierto que hay autores, grandes novelistas, cuya forma de narrar no encuentran acomodo en la traslación a ese otro arte, tan especial, que es el cine.
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