La sombra del "Intocable" de Enric Toledano y Olivier Nakache gravita sobre "Las sesiones", una cinta dirigida por Ben Lewin, polaco nacionalizado australiano. Si en la primera se nos narra la amistad entre un tetrapléjico en silla de ruedas y su cuidador negro, un canto delicioso y humorístico a la capacidad de superación personal de algunos de estos enfermos y a la eficacia de la amistad basada en la sinceridad y la espontaneidad generosa, en la de Lewin (él mismo afectado por la polio a los seis años y que ha pasado toda su vida con muletas) la visión es más realista y se basa en otra historia real, la de Mark O´Brien (John Hawkes, excelente en su forzada inmovilidad, todo rostro, mirada y sonrisa) que vive practicamente dentro de un pulmón de acero y está inmovilizado desde niño, hasta los 30 años en que nos lo presenta la cinta, también por la polio.
Pero esta persona tiene impulsos y necesidades como cualquiera y desea tener relaciones sexuales.La pelicula nos narra con gran naturalidad y sin efectismo ni blanduras, la lucha del joven por completarse como ser humano y la entrada en su vida de una terapeuta sexual (magnífica Helen Hunt, algo acartonada en los gestos, ¿se ha pasado con la cirugía estética, esta magnífica actriz?) que llevará a cabo el deseo del protagonista. Humor, rechazo al tono melodramático y nada de abusos sentimentaloides y moralinas, la película resulta divertida y emocional, sin desviarse en ningún momento de la espontaneidad y un cierto humor estoico que no permite que olvidemos de qué estamos hablando en todo momento.
Magnífico contrapeso "religioso" en el personaje que William H. Macy recrea con contenida humanidad , el padre Brendan, uno de los curas más entrañables que hemos visto en la pantalla. Los tres personajes, los tres actores, dan un recital que encabeza Helen Hunt, sigue Hawkes y corona Macy.
El guión de la película recoge en esencia los artículos que Mark O´Brien escribió, periodista y poeta en la vida real, encuadrados en un trabajo periodistico "On seeing a sex surrogate", en el que daba cuenta de las dificultades y sinsabores que una persona con sus discapacidades debe solventar para lograr realizarse en cuestiones tan vitales como el sexo y las relaciones amorosas. La película se llevó premios en Sundance y San Sebastián.
No obstante, la cinta trata de mantenerse en el lado amable y vagamente reivindicativo de la cuestión, evitando profundizar demasiado en una temática delicada y que incomoda a muchas personas. No en vano trata un elemento tabú en nuestra sociedad hipócrita: la vida sexual de los discapacitados merecía más atencióin y un tratamiento honesto y alejado de lo clichés "humanitarios" en curso. Algo realista y una visión espontánea, fresca y natural de las necesidades lógicas de seres humanos aprisionados en sus propios cuerpos. Lejos de complacencias irreales, el director nos avisa al final de cuál fue el destino de Mark y cómo logró hacer realidad muchos de sus sueños y carencias. Hay que verla.
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