Publicado en "La Comarca" el 211221
El politólogo Yazca Mounk dice que en las cosas de la política humana, el alcance y los límites de lo que hacemos o debemos hacer están conectados. Llega la Navicovid y el alcance de esta fecha de origen religioso está insertado en los límites que marca el contagio del virus en su nueva variedad, que tiene nombre de acelerador de partículas. El espíritu navideño se da de trompadas con la actualidad política en todos sus conflictivos forúnculos: desde la situación que emana de Rusia y Ucrania, con cazabombarderos armados con turrón nuclear y el jueguecito de Putin con el grifo del gas como presión política; los Estados Unidos con complejo de guerra civil y disputándose el trono con Pekín y Moscú;
El alcance de
Feliz Navicovid, pues. Quizá Papá Noel o a más tardar los Reyes Magos, nos traigan una fórmula para gestionar la frustración que causa la caída de las utopías, de los sueños de igualdad, diálogo y colaboración, de la decrepitud de la forma de gobernar menos mala que existía, la democracia. Tal vez esa aceptación de la realidad, haga reaccionar a la población y nos indique un camino viable para acercarnos a la disolución del conflicto dialéctico entre intereses, superar las diferencias y aspirar a una sociedad sin clases en la que la dominación y uso del hombre por el hombre quede fuera de la ecuación; rechazo de las políticas identitarias y las patologías culturales. Y, como broche, que todo político que aspire a cualquier nivel de poder, sea sometido a un exigente examen de salud mental. La utopía ha muerto, viva la utopía.- ALBERTO DÍAZ RUEDA