"Mi amigo el gigante" no se puede alinear junto a los grandes logros del genio del cine de diversión, Steven Spielberg. Nuestro director admirado se ha limitado a repasar la película de animación que se hice en los 80 sobre el tema, un relato del soberbio y algo oscuro Roald Dahl y la ayuda del actor sorpresa de su anterior película "El puente de los espías", Mark Rylace, bastante superior a esta aunque se trate de géneros tan diferentes entre sí. El juego con las animaciones virtuales es magnífico sin duda y la muchacha protagonista está muy ajustada a su papel. La música de John Williams, la fotografía de Kaminski y los planos habituales de una naturaleza idílica de Spielberg. junto con un guión algo perezoso pero lleno de malicioso humor de Dahl hacen el resto. El ritmo es algo lento para el supuesto público infantil, aunque nadie puede dudar del garbo y gracia de este director para divertir y conmover al respetable. Los adultos también nos divertimos con la asombrosa interpretación de Mark Rylance . Todo es un gesto de pícara malicia dirigido a los adultos que ven la película, dejando libre la capacidad de Spielberg para empatizar con el público infantil. Consigue que el gigante además de un milagro tecnológico tena une fuerte y sana carga emotiva. Aunque no nos guste demasiado el final tan absurdamente simple y precipitado..
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