Lamentable versión de gran éxito literario de Agatha Christie, "Diez negritos". Llevada al cine en varias ocasiones, la versión que comento, de los años setenta, es de las menos sólidas (muy lejos de la de Rene Clair en 1945, e inferior a las cerca de diez versiones más para cine y tv.)). La isla solitaria, la casona inmensa, los invitados, la tempestad y las muertes gota a gota. Es difícil olvidarse de la trama de esta novela. Pero en ésta versión la isla aislada es sustituida por el desierto, a 300 kilómetros de cualquier carretera, la casona por un palacio oriental lleno de estancias lujosas y las interpretaciones rozan el asombro del espectador, no por felices y acertadas sino por su inanidad. Es lamentable ver a buenos actores del cine europeo sometidos a la falta de rigor de un equipo técnico que parece surgido de la ocasión. Actuaciones planas para una película indecisa, que no tiene ritmo alguno y que estropea la tensión del original novelesco. No hay explicación alguna respecto al lugar y los hechos y tampoco convencen demasiado las que se dan en el guión y sus extrapolaciones ridículas. La coproducción italo-franco-anglo-germano-española no logra más que sacudir al espectador e indignarle con las contradicciones y vacíos de un guión que traiciona la novela. Charles Aznavour (que canta la canción de los diez negritos al piano con una batería inexistente), Maria Rohm, Oliver Reed, Richard Attenborough (pobre, esta película debió de ser una de sus vergüenzas profesionales), Adolfo Celi, Stéphane Audran, Alberto de Mendoza, Gert Fröbe, Herbert Lom, Elke Sommer, Teresa Gimpera, Rik Battaglia y Nasser Malekmotei , hacen como que actúan. Les libero del nombre del director.
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