Thiller excesivo con un Keanu Reeves cada vez más disperso y escasamente expresivo. Una historia sumamente violenta donde los disparos y los malos eliminados van cayendo en cascada en los lugares más inverosmímiles como en una discoteca tecno donde las balas solo matan malos aunque está hasta los topes de gente moviéndose. Muy en la linea de las ultimas películas en la linea de "Venganza" con el ex "Schnider" partiéndose el pecho a lo Liam Neeson o a lo Jason Statman (pero muy lejos de ellos: Keanu ha perdido el carisma que alcanzan los dos actores citados).
Pelíocula de acción, pues, que no está mal para los aficionados al género de la crutalidad manifiesta y las matanzas casi de videojuego. El robo de su coche y la muerte de su perrito hace que el ex delincuente John Wick se ponga en acción letal una vez más y lleve una historia de despropósitos sangerientos a un final del tipo "Blade Runner" pero sin su grandeza.
David Leitch y Chad Stahelski debutan en la dirección y lo hacen con pulso para la acción pero con un guión poco afortunado y excesivo y un secundario de lujos Michael Nyqvist. Incoherente pero entretenida.
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