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El dia de la ira para un pacífico ciudadano que es premonitoriamente encarnada en una de sus ultimas películas por el generalmente bondadoso y depresivo Robin Williams. Diálogos bastante ásperos, una cierta histeria argumental y un interprete que es un triste remedo del actor en sus buenos tiempos, pero que ya deja ver bajo su sonrisa triste que se le acaba el tiempo (como al final sucedió por decisión propia). Oscilando despistadamente entre el drama lacrimógeno y la comedia tontorrona del tipo familia que se hunde y antihéroe empecinado en el fin, a pesar de los sermones recurrentes sobre la alegría de vivir y la neurosis de la autoayuda. Mila Kunis hace lo que puede por equilibrar la balanza. Al abogado cascarrabias --tragedia familiar más o menos escondida- la den 90 minutos de vida y trata de aprovecharlos patéticamente. Es la historia de un despropósito gesticulante con un Robin en horas bajas y Mila Kunis haciendo de médica auto drogada por la desesperación de no ser fiel a sus sueños. Peter Dinklage, genial como siempre ese hombrecito de gran estatura moral como actor, Richard Kind y un sorprendente James Earl Jones en una secuencia histriónica sobre un vendedor tartamudo, componen sus personajes de apoyo. Final tópico para una película que podría haber sido mucho más interesante, cómica y sugestiva. Phil Alden Robinson, el director, se deja llevar por la truculencia del tema..
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