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Película irregular pero cargada de buenas intenciones y de fundada nostalgia de tiempos pasados y sin duda mejores en muchos aspectos. La vida de Mario Moreno, "Cantinflas" nos es narrada de una forma blanca y sin profundizar. El rodaje de "La vuelta al mundo en 80 días" soirve de pretexto para contarnos a base de secuencias del pasado los comienzos del cómico y la forma en que logró dar con la caracterización de "peladito" de buen corazón y mucho ingenio que lo llevaría a la fama. Cantinflas encarnó algo que debía resultar irresistible en la época, el éxito de una persona surgida del lumpen más miserable de la sociedad mexicana, la pobreza aliada con la gracia, la desfachatez, el orgullo y la suerte. El más pobre se lleva el gato al gua en todas las películas que fue protagonizando, aturdiendo y venciendo con su verborrea muchas veces inconexa y absurda, su valor y arrojo y su bondad profunda. Era la venganza del peladito frente a una sociedad que lo desp`reciaba aun siendo el ñporcentaje mayor de población en esas condiciones que ofrecía el país.
Oscar Jaenada, el actor español, logra hacerse con el personaje de una forma muy creíble y ajustada, aunque visiblemnete constreñido por un guión plano que juega la baza de la nostalgia nacional y se esfuerza en recordar a todos que fue el tiempo de Jorge Negrete, Indio Fernández, María Félix. El esfuerzo del cine mexicano es notable (le falta la fuerza y la inteligencia del cine argentino) y lo suple con corrección y apuntes populistas, pero en todo caso incapaz de promover una visión más profunda y crítica de la figura real (quizá por imposición lógica pero inadecuada del productor, el hijo del comediante, figura implicada en la complejidad de la personalidad de su famoso padre).

De alguna forma enternece esta muestra nostálgica de cine mexicano y es una cinta con bastantes valores para ser disfrutada para un público que, seguramente, ya no sabe muy bien quién fue ese famoso "peladito" llamado Cantinflas.